He de decir que esta tarta nunca ha sido una de mis predilecciones, creo que pocas veces la he elegido en un restaurante cuando me la han ofrecido como postre y sinceramente no sé muy bien por qué, puede que porque me parece simple, típica o por algún mal recuerdo del pasado. De hecho en todo este tiempo que llevo cocinando nunca se me había pasado por la cabeza hacerla. Todo cambió cuando hace unos meses, mi hermana de dio a probar la tarta de galletas de @monroebakes, ya sólo con la presentación se te hacía la boca agua y al probarla, aunque no me sorprendiera, sí que resultó realmente rica.
Inicialmente hice una versión de @balbisiana, todos coincidimos en que estaba rica, pero la cantidad de azúcar que tenía la hacía demasiado empalagosa. El notar los granos de azúcar tampoco ayudaba…pero no se iba a quedar ahí la cosa. Modifiqué levemente las proporciones y le metí más capas de galletas, las cuales empapé mucho en leche, vamos la hice mucho más afín a mis gustos. El resultado me ha encantado!!!!
Para evitar problemas en al desmoldar o cubrirla con ganache (yo no lo hice porque me gustó como quedó), la congelé toda la noche.
Ingredientes para un molde de 15 cm:
– 3 huevos
– 100 gr de azúcar fino de repostería
– 240 gr de chocolate con leche
– 150 gr de mantequilla
– galletas tipo maría o digestive
– leche
Elaboración:
– Montamos las claras a punto de nieve con el azúcar y reservamos las yemas.
– Batimos las yemas con la mantequilla pomada hasta hacer una crema. Reservamos.
– Derretimos el chocolate y lo mezclamos con la crema.
– Cuando esté uniforme mezclamos con el merengue con movimientos envolventes.
– Forramos todo el molde.
– Mojamos las galletas en la leche tibia y ponemos una primera capa llegando bien a los bordes, con un pincel las empapamos un poco más. Cubrimos con la crema y volvemos a repetir con una nueva capa de galletas bien empapadas. Ponemos de nuevo crema y una última capa de galletas. Debería haber algo más de crema para acabar la tarta.
– Igualamos con una cuchara, filmamos y al congelador un mínimo de 6 horas.
– Quitamos el film, emplatamos y decimos si la dejamos así o cubrimos con una fina capa de ganache. En una hora a temperatura ambiente o cuatro en la nevera estaría lista para comer.
